A veces pienso en las fatalidades que pasan, y en lo que generan. Es decir, qué detestada es la prensa amarilla, pero cómo nos gusta el morbo ese, de ver qué onda con Michael Jackson, Britney Spears, Sandro, Mercedes Sosa, y una lista interminable de celebridades. ¿Por qué nos interesa?
Las parejas enfermas, por ejemplo. En mi diccionario personal, dícese del par que no puede estar sin pelearse, sin maltratarse ya sea física o verbalmente y tener una discusión dramática. Y después de todo ese maltrato, una reconciliación apasionada, casi brutal. ¿Por qué pasar por todo eso?
Y digo pasar, porque es obvio que muchos no pueden estar sin eso. Conozco una lista interminable de parejas que viven con ese síntoma, y la verdad que les gusta. Sí, LES GUSTA. De otra manera se aburren... les gusta el masoquismo.
Como ese amigo, que ni siquiera sé si realmente quería estar con la mina que lo quería, lo olvidaba, lo volvia a querer, lo usaba, se iba, y por ahí a los dos o tres meses reaparecía. Él no podía olvidarla ¿qué te gustaba (¿que te gusta?) de eso?
Y me pongo a pensar... y se repite nuevamente el ¿por qué? ¡¿POR QUÉ?!
Es que el ser humano es un ser extraño, y no creo que alguien haga las cosas por inercia, porque sí. Uno elige lo que quiere... Y lo único que se me ocurre, es que en ese torrente de pasiones, peleas, arreglos, tristeza y alegría; en toda esa escena dramática, a veces, buscamos intensamente y sin importar el costo, ese algo que nos haga sentir. El ser humano necesita sentir.
30.7.10
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